Hace unos años deje por escrito una especie de idea loca que quería vivir: “Sueño con que un día vendrás a buscarme, llamarás al timbre con tus gafas de sol puestas y tu sonrisa irresistible: “Tienes 15 minutos para hacer la maleta, nos vamos.» Cuando soñaba despierta con una cosa así, como de película. Imaginaba mi cara de alegría infinita reventando todos los índices de la felicidad, no por el viaje, ni por el destino, sino por lo que tú eres capaz de hacer por mi.
Y si nos vamos a un destino del que no se nada, pero he tenido un poco más de tiempo para hacer la maleta 😉 Ya os contaré como va la «aventura». No es el destino de un viaje, sino los detalles lo que marca la diferencia. Se puede ser feliz con muy poco, yo lo soy. Las ganas le ganarían la batalla a la organización y es posible que sea la maleta mas incompleta pero ¿que le vamos a hacer? Que bonito es soñar con cuentos de princesas pero ya no soy una niña. Se que no existen los cuentos y que la felicidad es ella la que nos encuentra, que podemos volvernos locos buscándola que si no tiene que llegar no llega. Cuando llega es el inicio del camino, y lo importante es con quien lo compartimos, mucho mas que las piedras que encontramos en él.”
Creo que me he vuelto una sentimental, o que nunca he dejado de serlo ¡Qué coño! Siempre he sido una blanda… Me encantan las historias de amor y más aun si acaban bien. Ese sentimiento profundo, que te enseña, te desgarra y te regenera todo de una vez. La vida no es como en las historias de los libros de novela romántica, ni como en las películas, pero creo en que el amor real existe, que nuestro corazón lo siente y lo vive. Al mismo tiempo no creo en las medias naranjas, me contradigo lo sé ¿y si “nuestra media naranja” esta exprimida? ¿Y si no tenemos “media naranja” sino media pera esperándonos ahí fuera? ¿Y si solo encontramos mandarinas por el camino? De momento no tengo respuestas para todas las preguntas que me surgen pero espero encontrarlas. Me quedo con que el amor lo experimentamos todos de una manera o de otra.
Dulces sueños. Nos vemos pronto. 🙂